Las últimas tres semanas han sido altamente angustiosas para el mundo con el desate de la mayor crisis financiera nunca antes vivida. Pero algunos en América Latina piensan que ésta crisis no es más que una señal del final del capitalismo, y no ahondan en analizar que lo que está en juego es el bienestar de millones de seres humanos en todo el planeta, y no un simple desmoronamiento de una visión ideológica. Algunos que sólo ven el mundo con los ojos del confronta miento de ideologías no alcanzan a entender la profundidad de lo que está en juego, y se pierden en alegres comparaciones de sí ésto es o no similar a la caída del muro de Berlín cuando se desmoronó todo el andamiaje del llamado socialismo real, a finales de los años ochenta.
No son momentos para discursos ideológicos, son momentos para buscar soluciones, ya que de otra forma el efecto negativo que ésta crisis tendrá en el crecimiento de la mayoría de las naciones de la tierra, así como en el empleo de miles de millones de personas, debiera de ser suficiente para que el mundo busque una salida compartida a la actual crisis. 'El desparrame de la crisis ya se comienza a sentir no sólo en Europa, sino también en Centro América, resto de América Latina, Asia y también en África.
Sin duda que la actual crisis, por sus profundas ramificaciones en la economía global, ya no es sólo un problema de Wall Street, es un problema para los ciudadanos comunes dispersos alrededor del planeta, y por tanto, se convierte en una crisis global de seguridad y confianza para todas las naciones. Si el Congreso Norteamericano no se ha podido poner de acuerdo en medidas para palear el fuego que emana de ésta crisis, es una obligación de todos los dirigentes del mundo ponerse al frente para concertar soluciones que paren el desencadenamiento del pánico generalizado, que conduzca a una situación de mayores consecuencias para la estabilidad mundial. El Fondo Monetario Internacional , el Consejo de Seguridad de la ONU, los dirigentes que componen los llamados grupo de los 8, tienen que propiciar a lo inmediato una solución compartida, que permita reabrir la confianza, y de donde surja una nueva plataforma financiera global que corrija las fallas que demostró tener el actual sistema financiero. La tormenta está comenzando a crecer, y hay que generar las condiciones para que vuelva a lo inmediato la calma.
!!Estemos claros, lo que está sucediendo hoy en el mundo a nadie le conviene!!!
